Las bebidas energéticas son una de las bebidas más populares a día de hoy. En videojuegos como Death Stranding, el protagonista las consume continuamente para reponer vida, en la televisión aparecen anuncios de estos refrescos a diario sin ningún tipo de advertencia y patrocinan competiciones deportivas. Poco a poco, están consiguiendo que beberlas se entienda como parte de un estilo de vida, como hicieron en la generación de nuestros padres con el café.
Con el café, poco a poco se ha ido concienciando a la sociedad de que, pese a no tener alcohol, había que beberlo como moderación. Ahora nadie que sea hipertenso, al que le preocupe que se le coloreen los dientes o que tenga problemas de sueño bebe café. Los padres no le dejan beberlo a sus hijos hasta que son mayores, pero, ¿qué pasa con las bebidas energéticas? Pues que todavía se entienden como algo que se puede beber sin problemas, como si fuera un refresco azucarado más.
Sin embargo, con este tipo de bebidas hay que tener incluso más cuidado que con el café, y ya no solo por su tremendo contenido en cafeína o taurina, sino por los estragos que pueden hacer en unos dientes que todavía se están formando. A este respecto, presentan dos riesgos para los dientes:
- Erosión dental: todos estos productos tienen un pH ácido, por lo que favorecen que los dientes se erosionen poco a poco, perdiendo su resistencia
- Hipersensibilidad: la erosión nos lleva a tener menos resistencia a cambios de temperatura, por lo que podemos llegar a sufrir hipersensibilidad
- Caries: el elevado contenido de azúcares puede provocar la aparición de caries, un riesgo que aumenta cuanto mayor es su consumo y si se no siguen
El consumo de bebidas energéticas presenta riesgos para los dientes de tus hijos
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